miércoles, 20 de abril de 2011

Venciendo el miedo



Nadie está exento del miedo sin importar nacionalidad, color, raza, educación y el hablar en público es uno de los principales temores de cualquier persona, lo cual se demuestra, en una encuesta realizada en los estados unidos, investigando las diez cosas que más temor le producen a la gente, se obtuvo el siguiente resultado ( en orden ascendente): los perros, la soledad, el avión, la muerte, la enfermedad, las aguas profundas, los problemas económicos, los insectos, las sabandijas, las alturas y el primero de la lista hablar en público.


El miedo al escenario no es vergonzoso, en realidad el hablar en público no tiene nada de especial. No es una casualidad que se herede genéticamente ni tampoco un don divino, lo cierto es que hablar bien en público es un arte que se puede aprender cómo se aprende la carpintería, la contabilidad, el deporte de esquí, el arte de tocar la guitarra, la jardinería o pintar.

El miedo lo padecen los más expertos profesionales, los actores y las actrices, que se ganan la vida interpretando el papel de otras personas, no son inmunes al abrazo del miedo.


El público no es el enemigo, sino que, bien al contrario, son personas que consideran que el orador puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándole. Hay que analizar este miedo que a uno le atenaza y tratar de descubrir la causa que lo originan. A continuación se muestran algunas clases de miedos por los que pasamos algunas veces:


· Uno se dará cuenta de que gran parte de este miedo es irracional, no obedece a motivos lógicos (miedo a ser un ridículo espantoso, de que se rían de uno, de tartamudear, de caer en desgracia, de hundir el prestigio profesional, de que le abucheen…).,


Son situaciones que no van a ocurrir y por lo tanto este miedo hay que rechazarlo por absurdo.
· Otro tipo de miedo si puede ser racional: obedece a situaciones adversas que pueden presentarse (quedarse en blanco,no saber contestar una pregunta, que no funcione el proyector etc.).

Frente a este miedo racional lo que hay que hacer es tomar todas las medidas posibles para reducir al mínimo las posibilidades de que estas situaciones se produzcan (por ejemplo, llevando fichas de apoyo, preparando el discurso a conciencia, verificando previamente que el proyector funciona correctamente, etc.).

· A veces también preocupa el pensar que el público pueda darse cuenta del miedo que se siente (sudores, temblor en el habla o en las piernas, cara demacrada, etc.), pero es muy difícil que esto ocurra:

Son reacciones físicas que se perciben intensamente por nosotros, pero que apenas son percibidas por terceros. Además, en el caso hipotético de que así fuera, el público pensaría que son reacciones muy naturales, que a cualquiera le podrían ocurrir.


Después de analizar los diferentes tipos de miedos que se nos pueden presentar, a continuación se tienen algunas sugerencias para combatir el miedo:


· una a adecuada preparación: hay que trabajar y ensayar la intervención con rigurosidad.
· También resulta muy útil pensar positivo, es decir, en la satisfacción tan enorme que a uno le produciría obtener un gran éxito.
· Otro modo de combatir el nerviosismo es realizar, unas horas antes de la intervención, algún ejercicio físico intenso (un partido de tenis, correr, etc.).
· Cuando llega el momento de la intervención uno debe de auto imponerse tranquilidad, especialmente en los momentos iniciales de la misma.
· En todo caso, un cierto grado de nerviosismo puede que no venga mal, ya que permite iniciar la intervención en un estado de cierta agitación, de mayor energía. (Jack Valenti, 2001).


Como experiencia personal viene a mi mente una ocasión en que de manera inesperada me toco presentar a dos personas en mi casa, esto me provoco, miedo, y nerviosismo ya que me tenía que parar frente a un escenario con alrededor de cuarenta personas tanto conocidas como desconocidas y en el momento en que me dieron la palabra y el micrófono lo que tenía pensado decir, se borró de mi mente y al empezar hablar tartamudee, pero para fortuna mía hubo personas que me dieron su apoyo en ese momento por lo que me sentí un poco más seguro logrando hablar con más claridad, después de esto cedi el micrófono a los tres invitados, hablando cada uno de ellos, y quede impresionado por su facilidad de hablar frente al público, pero caigo a la razón que esa facilidad que ellos tienen de comunicarse con otras personas se debe a la trayectoria que han tenido en sus vidas ya que la mayoría de ella se la han pasado en la política y es una actividad donde este arte se hace presente con mayor énfasis, en este lapso de la intervención, mis familiares más cercanos me hicieron varias críticas constructivas que me sirvieron de mucho porque al finalizar la intervención me cedieron nuevamente la palabra, pero ahora con la vicio más clara de lo que iba a decir, y esas ganas de expresarme bien y de superar mis miedos tome el micrófono y di el cierre de la reunión pero me falto el entusiasmo con el que lo iba hacer llegar a las personas ahí presentes, lo positivo que me dejo esta intervención fue que pude despejar mi miedo en la segunda intervención y pude transmitir el mensaje que se me pidió, sé que queda mucho camino por recorrer en este amplio tema de hablar en público pero a si tenía que empezar con este deseo vivo de aprender.

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