miércoles, 27 de abril de 2011

DISCURSO INFORMATIVO




Probablemente habrá escuchado usted con frecuencia a ciertos oradores que ¡nunca dicen nada! Ese es el problema que enfrentan muchas personas que hablan en público sus oyentes no saben de qué se está hablando. Jamás dicen nada. Jamás consiguen aclarar el significado de sus palabras.

Algunos métodos que le ayudaran a expresarse con claridad cuando se proponga informar, y no influir en los actos de sus oyentes son los siguientes según Nora Ethel Rodríguez:


PRIMERO: Limite el tema para ajustarse al tiempo que dispone.
Muchos discursos carecen de claridad porque el orador parece dispuesto a abatir un record mundial en el tiempo que dispone, salta de un punto al otro tan ágil y veloz y pretende expresar en tres o cuatro minutos aspectos positivos, negativos, metodos empleados, y quedaría todo confuso. Es más prudente considerar una fase del tema sobre el que se desea informar, es decir concentrarse en su tema principal, de esta forma el discurso produce una impresión peculiar. Es lucido, fácil de entender, fácil de recordar.


SEGUNDO: Ordenar las ideas unas tras otra.
Casi todos los temas pueden ser desarrollados mediante una secuencia lógica basada en el tiempo, el espacio o los efectos especiales. En lo que respecta el tiempo, por ejemplo, podría considerar su tema bajo tres categorías temporales: presente, pasado y futuro, o comenzar a partir de una fecha determinada dirigiéndose, a partir de ella hacia el pasado o el futuro, por tiempo de que dispone.


TERCERO: Enumerar los puntos a medida que los expone.
Uno de los medios más simples para que el discurso quede grabado con claridad en la mente de su público, consiste en dar a entender que desarrollas los diversos puntos en determinado orden.


CUARTO: Comparar lo desconocido con lo familiar.
Algunas veces encontramos que son vanas las alternativas de expresar el pensamiento. Se trata, seguramente de algo muy claro para quien expone, pero que requiere de complicadas explicaciones para que lo comprenda el auditorio. ¿Qué hacer en este caso? comparémoslo con algo que los oyentes entiendan verdaderamente; mostrando la similitud de lo desconocido con lo familiar.


QUINTO: Emplear apoyos visuales
Los nervios que conducen las sensaciones del ojo hacia el cerebro son muchos mayores que los que las llevan desde el oído. La ciencia nos dice que presentamos veinticinco veces más atención a las sugestiones visuales que a las aulas auditivas.

Por : Elizabeth Monsivais
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